Han pasado ya diez jornadas de campeonato, más de un cuarto del total de partidos que componen esta liga. Una liga que tenía que ser el inicio de una nueva era en todos los aspectos para nuestro amado Espanyol, aunque yo sólo me quiero centrar en el que a día de hoy me preocupa más. La guerra abierta entre la grada y el club.
La creación de 'La 1900' ya empezó con mal pie. Nos quisimos engañar todos. Pero no, ninguna de las tres partes tenía intención ni ganas de estar unidos, ni de que saliese bien ese proyecto. Ni Curva, ni Juvenil, estaban interesadas en compartir grada, y creo que a nadie se le pasaba por la cabeza que fuese una buena idea. Demasiadas heridas abiertas, demasiadas guerras personales. Y cuando encima entra la tercera parte, el club, y lo hace para avivar la guerra en vez de apaciguar, el cóctel tiene todos los ingredientes para saltar por los aires.
No quiero entrar en quién es el culpable de la situación actual, entre otras cosas porque visto desde fuera considero que todos tienen parte de culpa en este conflicto. Pero sin duda, si que me mojaré en quién lo ha hecho peor, y si, ese es el club, paradójicamente el que debería dar ejemplo y velar por el buen funcionamiento de la grada. Lógicamente cada grupo de animación iba a defender su postura y velar por su interés, y el club o la persona encargada por el club tenía que buscar un punto de unión si es que lo había. Pero nos encontramos con que el club y las personas encargadas de dicha función han conseguido hacer totalmente lo contrario: Desunir más si cabe a los dos grupos, y crear una guerra abierta que me temo que ya no tiene marcha atrás. Y no pensemos ni mucho menos que el principal perjudicado es la Curva o la Juvenil, no. El principal perjudicado es el equipo.
Haciendo un inciso deportivo, es verdad que el equipo no está realizando el juego que esperábamos, y que está tardando en funcionar como se supone debe hacerlo. Pero es llamativo que precisamente dónde peor números esté registrando el equipo sea en casa, ¿casualidad? No. Yo particularmente sigo convencido que el silencio y los pitos de la grada fueron los que sacaron al equipo del partido contra el Eibar cuando mejor fútbol estaba haciendo. Me preocupa cómo pueda acusar esta situación el equipo el domingo, contra el Athletic Club, y me preocupa cuánto se pueda alargar en el tiempo. Porque se llame Curva, se llame Juvenil o se llame 1900, lo que nos hace fuertes en casa es tener al público enchufado, animando y ejerciendo esa presión ambiental. El apoyo de la grada es vital, como lo fue en aquellas eliminatorias de Copa, o como lo fue el año pasado en los peores momentos. La fuerza de este club se llama grada, son los cánticos de animación, si nos quitan eso desde el club, es ponerse palos en las ruedas uno mismo, y lo peor es que o les da igual, o no se dan cuenta de la gravedad del asunto.
Espero que recapaciten, que den explicaciones de porqué se ha hecho de esta manera, con burofaxes, a las espaldas, sin diálogo, acusando a dedo. Tendrán que sentarse, hablar y reconducir esta situación, o incluso crear una grada nueva, me da igual la solución, pero el equipo necesita el calor de los suyos. Espero que se recapacite, rectificar es de sabios, y más vale tarde que nunca, aplíquenlo, querida directiva. No hay más tiempo que perder.
Víctor Mateos.
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