Faltan tres días para una de las grandes citas del año, en cuanto a lo futbolístico, para todo aficionado perico: el derbi. Cada día que pasa se nota en el ambiente que van creciendo las ganas. Cada día nos vamos autoconvenciendo de que este año sí, de que esta vez es la buena. La afición confía. "Este año hay equipo", dicen, y también que "el Barça llega en mal momento y nosotros en el mejor en años, sobretodo fuera de casa". Afirmaciones que nos hacen confiar, que nos hacen ilusionarnos, cuando por datos, presupuesto o estadística, deberíamos estar atemorizados. Pero no, esa palabra no existe en el ADN perico.
No nos engañemos, quizás hay algo de cierto en todas esas afirmaciones que vemos plasmadas en las redes sociales, en la prensa, que oímos en las tertulias entre pericos, en el trabajo... Repito, no nos engañemos, pese a ser ciertas, estas frases se repiten de una forma u otra entre la afición cuando se acerca el ansiado derbi año tras año.
Veréis que he puntualizado que son afirmaciones que se repiten entre la afición. No es casualidad. Estos últimos años los jugadores parecían querer pasar rápido este partido, quitárselo de encima. Atrás quedan los tiempos en los que los propios jugadores tenían ganas de derbi. En los que Luís García, Chica, Amat o Moisés Hurtado esperaban ese día como un aficionado más, con ganas. Ese partido les gustaba jugarlo, lucharlo hasta la extenuación, pero todos ellos se fueron yendo. Quizás por eso llegó un día en que parecía que nuestros jugadores salían al campo como si fuese un partido más, luchando un poquito más de la cuenta pero sin esa garra, esa rabia que se debe poner para jugar un derbi en Barcelona, y optar a ganarlo.
Este año veo un cambio. Me gustó escuchar a David López decir que: "Un derbi es un derbi, y al que no le haga ilusión es, o que nunca lo ha vivido, o no sabe lo que es". Me gustó leer a Víctor Sánchez diciendo que cree de verdad que el equipo tiene posibilidades. Me da tranquilidad saber que hay un técnico como Quique Sánchez Flores a los mandos que también sabe mucho de estos partidos. Pero llegados a este punto, espero que echéis de menos un nombre, un nombre propio que va ligado a la palabra derbi cuando eres perico. Sí, es él, Raúl Tamudo.
Eso es lo que me da más tranquilidad de cara al derbi de este año. Es el primero desde su vuelta al equipo, aunque ahora como parte del staff técnico. Sé que esta semana él estará notando ese gusanillo en el estómago que sentimos los aficionados, sé que él va a ser capaz de inculcar a esos jugadores con los que trata cada día, lo que es un derbi. Necesitábamos a alguien cerca del equipo que supiera lo que es jugar un derbi, ganarlo, levantar la cabeza delante de todo aquello que sufrimos durante el año, y que supiera lo que es revelarse ante la maquinaria mediática. Por eso espero que esta semana todos los jugadores, en la ciudad deportiva, inviertan dos segundos en mirarle a los ojos, escuchen cada palabra que salga de su boca, absorban cada gesto, y se contagien de esas ganas que todos tenemos.
Esperamos vivir un derbi. No queremos un partido de fútbol más, queremos sentirnos orgullosos de nuestro equipo. Confiemos. Ahora sí. Este año está Tamudo.
Víctor Mateos.
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